miércoles, julio 29

Periplo dominical.


Domingo por al mediodía, luego de visitar --apresuradamente-- La Barca. Entre bromas y risas con Cleta --así de le digo de cariño a mi estimada Norma Imendivil; de pronto ¡Zas! aparecen a lo lejos junto a una curva dos interesantes torres estilizadas y delgaduchas... intuyo de pronto que estamos llegando a Zamora (destino segundo de nuestro periplo dominical)... genial. He ahí la foto.





Ad libitum.

De pronto sentí la necesidad --imperiosa-- de escribir, y cuando tengo todo listo para hacer gala de ellos, pareciera que se borraron, se fueron, se perdieron en el vacío y jamás estuvieron aqui como ánsias de salir.... ¡estoy loco!

Bueno por lo menos he producido unas cuántas líneas.