Por no sé que extraño motivo, nací un día y mi acta de nacimiento dice otro.
Sea cual fuere (qué culto se lee) el motivo, me brinda la oportunidad de atender a gusto y placer los afectos de las personas importantes en mi vida; el día que, según el documento que expide el registro civil, oficialmente he nacido me permite recibir un cálido homenaje formal de amigos, colegas, compañeros y parientes. El otro, el que sólo los más cercanos y yo conocemos, tengo la oportunidad de ser "amado" de manera especial por mi familia cercana.
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