miércoles, septiembre 16

Obediencia y castidad...


Anteayer, "Fiesta de la exaltación de la Santa Cruz" tuve la oportunidad y el regalo de haber asistido --previa invitación-- a una "paraliturgia" donde dos amigas del 'Instituto Bíblico Católico' dieron un paso más en su proceso de formación como religiosas del la Sociedad "Siervas de la Santísima Trinidad y los pobres", dejaron el grado de postulantes para ser novicias.


Fué una ceremonia simple --pues en el rango litúrgico no se obliga Eucaristía para una orden menor-- pero llena de contenido litúrgico, emocional y devocional, una vez más entendí uno de los muchos mecanismos (si así quiere llamársele) que han permitido que el Cristianismo siga prosperando en todas las partes del orbe, pues ellas al igual que miles de postulantes y aspirantes en todos los niveles son aceptadas a la vida en comunidad, vida de la Iglesia, después de todo el espíritu de unidad y convivencia que caracterizaba a las protocomunidades cristianas de las catacumbas sigue vigente (no como todos quisiéramos).


Exulto de júbilo por saber que hay mujeres y hombres que todos los días se entregan libremente a Dios y a sus hermanos, dejando de lado su "libertad" --que de tantas maneras se enarbola como un derecho en función al libertinaje, el desorden social y moral-- para ser esclavos de los pobres y necesitados.


Como muestra, he dejado una imagen al inicio el presente post.

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